Claves de la atención sociosanitaria

IGNACIO QUEMADA | Director médico del Hospital Aita Menni (País Vasco).

La sanidad se está redefiniendo, aunque de manera explícita nadie nos lo esté diciendo. Si antaño era el cuidado de cualquier persona con una enfermedad y no había acotaciones o limitaciones en cuanto al tiempo que había que emplear para atenderle, en estos momentos, por razones muy concretas -como es el envejecimiento de la población, la contención de gasto y los recursos limitados- la sanidad se está reorientando hacia el tratamiento solo de las patologías más agudas, hacia los procesos quirúrgicos, hacia las consultas de atención primaria o especializada y hacia las investigaciones tecnológicas más sofisticadas.

Las enfermedades infecciosas han dado paso a las enfermedades de curso crónico como problema más prevalente en nuestra sociedad. Las demencias, enfermedades neurológicas como los ictus  o las enfermedades mentales graves son buenos ejemplos. En el ámbito sanitario los problemas que presentan estas enfermedades se han resumido en el concepto de cronicidad, concepto que a continuación nos dicen “plantea retos sanitarios y sociales”. En el tránsito a la atención social este último grupo de problemas han sido recogidos bajo el paraguas de la “dependencia”, y a partir de ahí se ha generado legislación nacional (Ley de la dependencia) y autonómica, y un creciente despliegue de valoraciones, dispositivos asistenciales y reflexiones sobre cómo ha de crearse una red de atención socio-sanitaria. Los servicios sociales están empezando a asumir una responsabilidad creciente en la atención a las enfermedades crónicas, dependencia en términos sociales.

En este proceso se están produciendo tensiones muy importantes porque no está habiendo una transferencia automática de recursos desde lo sanitario a lo social y porque faltan modelos de coordinación entre sistemas y de atención a los problemas, y porque se carece de pericia para la atención de estas situaciones complejas en el mundo de lo social. El reconocimiento de la alta complejidad de los cuidados exige de una colaboración entre los profesionales sanitarios y sociales que ha de consolidarse en el espacio sociosanitario; de momento, y con alguna excepción, éste es un concepto más virtual que real; en general está poco dotado, escasamente planificado y apenas desarrollado. Las empresas y agentes que nos hemos dedicado a tratar personas con enfermedades crónicas estamos llamados a ser actores en el diseño de esos espacios sociales y sociosanitarios.

La historia del Hospital Aita Menni, fundado en 1898 por el Padre Benito Menni, está vinculada a la atención de la enfermedad mental grave entendida de una manera muy amplia: discapacidad intelectual, demencias y psicosis. En la actualidad, la adaptación a nuestros tiempos nos está marcando un trabajo paralelo con interlocutores sanitarios y sociales, lo que nos permite conocer de primera mano las conceptualizaciones nuevas que se van introduciendo y las tensiones que las mismas están generando entre instituciones. También nos da la oportunidad de proponer modelos futuros de atención y de pilotarlos. En ese afán estamos, empeñados en prestar servicios de calidad para personas con enfermedad mental grave, discapacidad intelectual con alteraciones de conducta, demencias complejas y personas con daño cerebral.

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