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El fracking amenaza el agua de Euskadi

Por el 03/12/2015
Fracking

La Asamblea Fracking No de Las Merindades y Norte de Burgos celebró el pasado 21 de noviembre una concentración popular en Bilbao para exigir a la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA), entidad dependiente del Gobierno Vasco, la cancelación de sus planes de exploración y explotación de gas no convencional mediante la técnica de la fractura hidráulica (fracking) en la zona de Las Merindades y norte de Burgos.

Tanto las actividades de exploración como las de explotación del fracking son contaminantes de los terrenos, el aire y las aguas (acuíferos y ríos), inutilizándolos de cara al futuro, debido a la imposibilidad de descontaminarlos. Las actividades de fracking de SHESA en Las Merindades se sitúan a escasos kilómetros del embalse de Ordunte, una de las principales fuentes de abastecimiento de agua potable de Bilbao.

A raíz de una iniciativa legislativa popular con más de cien mil firmas, el pasado 30 de junio, el Parlamento Vasco aprobó una ley elevando en gran medida los requisitos para la realización de fractura hidráulica en Euskadi, incluyendo la prohibición del fracking en las zonas de vulnerabilidad de los acuíferos y en suelo no urbanizable, y la evaluación ambiental estratégica para esta técnica:

Sin embargo, el Ejecutivo autonómico mostró su intención de mantener sus planes de exploración y explotación de gas no convencional mediante fracking en el norte de Burgos. Es preciso recordar que SHESA mantiene intereses en las zonas previstas para sondeos Angosto -1 (un permiso que, de llevarse a cabo exploraciones o sondeos, contaminaría a la vertiente cantábrica y a la cuenca del Ebro) y en Enara 1-2, (un permiso que pone en peligro las aguas de los acuíferos del Zadorra y de Subijana). El acuífero de calizas de Subijana es el principal reservorio de agua subterránea de Euskadi.

Coincidiendo con la negociación de presupuestos para el año 2016, el Gobierno vasco, ha aceptado recientemente las enmiendas del Grupo Socialista en el Parlamento de Euskadi, de forma que las partidas consignadas para la Sociedad de Hidrocarburos (SHESA) se destinen nominalmente a proyectos de exploración y explotación de gas convencional (Viura, Cameros, Fulmar, Ebro y Saia).

Según informan los socialistas, estas enmiendas se suman a las correcciones que el Gobierno, a instancias de este grupo parlamentario, ha realizado a la memoria explicativa, de forma que se suprimen de la ley presupuestaria los proyectos iniciados de fracking en Euskadi (Gran Enara) y la participación vasca en proyectos de fracking fuera de la Comunidad Autónoma (Angosto).

A pesar de la falta de presupuesto para este año, SHESA mantiene más del 40 por ciento del accionariado de empresas petroleras privadas con autorización para realizar sondeos en estas zonas. Asimismo, la petrolera BNK mantiene en marcha también su autorización para realizar los sondeos en Loma de Montija, Burgos.

Estas dos circunstancias, junto con la posibilidad de que el Gobierno de España impugne de manera efectiva, a través del Tribunal Constitucional, la normativa vasca que limita la explotación de gas no convencional mediante la técnica de la fractura hidráulica (fracking), suponen que la amenaza del fracking sobre el agua de Euskadi, Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña (dado que las aguas contaminadas bajarían por la cuenca del Ebro), sigue en pie.

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