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En salud mental la teleasistencia no puede sustituir a la intervención presencial solo complementarla

Por el 15/10/2020
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Impulsada por el confinamiento y las restricciones a la movilidad de la población derivadas de la pandemia desatada por la COVID-19, la teleasistencia ha despegado en España en los últimos meses en el ámbito de la salud. También en lo referente a la atención a personas con trastorno mental grave en sus procesos de rehabilitación, tanto a nivel social como laboral.

“La aplicación de las nuevas tecnologías y de las herramientas de atención telemática puede ser otro medio de cara a fortalecer el trabajo en rehabilitación de estos pacientes”, señala Elena Malluguiza Fernández, psicóloga del Centro de Rehabilitación Laboral de la Línea de Rehabilitación Psicosocial de las Hermanas Hospitalarias (LRHP), perteneciente a la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid, que no obstante apunta que la teleasistencia no puede sustituir a la intervención presencial, “sino que es complementaria a la misma”; y que para “una buena alianza terapéutica” es necesario intercalar “siempre que sea posible” la terapia psicológica presencial con la online.

“Uno de los aspectos más controvertidos al comparar la eficacia de la terapia online con la presencial es la alianza terapéutica, que depende de un conjunto de distintos factores como la motivación del usuario, la confianza en el sistema online, las habilidades del terapeuta y la confianza que genera el psicólogo en la comunicación entre ambos. Algunos autores señalan que la distancia de las intervenciones online puede ser un elemento negativo para el desarrollo de esa alianza terapéutica, mientras que otras investigaciones indican que los procesos de terapia online tienen resultados similares a la forma tradicional de terapia”, argumenta Malluguiza Fernández.

En todo caso, la psicóloga experta en atención telemática reconoce que la comunicación en teleasistencia “se hace más difícil”, por lo que para crear esa alianza terapéutica es necesario que los profesionales de la salud mental “presten especial atención” al uso del lenguaje, tanto a nivel de contenido y de forma, como de claridad a la hora de transmitir la información: “En el caso de la asistencia telefónica, por ejemplo, se pierde la comunicación no verbal, lo que puede dificultar la intervención, por lo que es necesario que los profesionales tengan conocimientos al respecto y sepan implementar nuevas estrategias comunicativas que aseguren que la información es recibida y entendida correctamente por los usuarios”.

En ese mismo sentido, la experta también señala como “fundamental” la necesidad en la atención telemática “de reevaluar periódicamente la idoneidad del estilo o modo de intervención utilizado”, así como de “individualizar” las intervenciones para adecuarlas tanto a las capacidades como al plan de atención de cada uno de los usuarios atendidos.

Pros y contras de la teleasistencia

Durante el confinamiento, la mayor parte de la atención realizada por la Línea de Rehabilitación Psicosocial de las Hermanas Hospitalarias (LRHP) fue de manera telefónica y online. Al respecto, se desarrollaron varios grupos online para atender los distintos programas de intervención (afrontamiento, ocio, habilidades de la vida diaria e /instrumentales y aspectos formativos – laborales) y se mantuvieron atenciones telefónicas periódicas de apoyo durante el estado de alarma para la atención al plan de intervención individual.

Con la llegada de la ‘nueva normalidad’, en los recursos de la LRHP se ha abogado por compaginar el modelo de asistencia presencial con el telemático con el fin de salvar las limitaciones de aforo en terapias o programas grupales, así como de cara a facilitar el acceso a los mismos a aquellas personas que presentan “más dificultades” para acudir en estos momentos (“especialmente aquellas que en la actualidad son grupo de riesgo por patologías somáticas”).

Esa accesibilidad es precisamente uno de los aspectos que más destaca Elena Malluguiza Fernández de la asistencia telemática. “La teleasistencia ofrece oportunidades quizás no exploradas para algunas intervenciones, especialmente para aquellas que se refieren a personas con grandes dificultades de movilidad (bien sean motivacionales y/o físicas) para una intervención presencial. De hecho, el desarrollo de la teleasistencia ha permitido volver a vincular con algunos usuarios a los que no se tenía acceso de manera presencial por distintos motivos”, subraya.

La psicóloga también señala como ventajas el mantenimiento de la regularidad en la atención que permite la asistencia telemática en el caso de algunos usuarios que no pueden tener una continuidad de forma presencial; la capacidad que ofrece para conectar con los usuarios más jóvenes y la disminución del sentimiento de soledad que permite la teleasistencia al facilitar el contacto y la construcción de redes de apoyo mutuo en momentos como los vividos durante el confinamiento.

Entre las desventajas, por último, Malluguiza Fernández apunta a la brecha digital, que provoca que aún hoy el acceso a este modelo de intervención “sea desigual por determinantes como la edad, el nivel educativo y las posibilidades económicas”. En ese sentido, la experta recuerda que desde la LRHP se ha trabajado “con especial ahínco” en la alfabetización digital de los usuarios, realizando varios talleres para el conocimiento y la utilización de las nuevas tecnologías de la información, así como facilitando los apoyos individuales oportunos para la compra y el manejo de dispositivos digitales.

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