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La modificación del ‘ADN basura’ podría ser clave para hacer frente a la diabetes tipo 1

Por el 15/05/2019
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El 10% de los polimorfismos asociados con la diabetes tipo 1 está localizado en ARNs largos no codificantes (lncRNAs), es decir, lo que hasta ahora se consideraba ‘ADN basura’. Trabajos de investigación básica, realizados en España, están ayudando no sólo a caracterizar mejor la función de estos lncRNAs, sino que sugieren la posibilidad de que estas moléculas juegan un papel esencial en la aparición y desarrollo (patogénesis) de la diabetes tipo 1. Se abre de esta forma una nueva vía de investigación para el desarrollo de futuras terapias.

Así lo considera la Dra. Izortze Santín Gómez, profesora de la Universidad del País Vasco e investigadora del Instituto de Investigación Biocruces Bizkaia (Bilbao), que en el XXX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes ha mostrado sus estudios más recientes sobre la implicación de los lncRNAs en la destrucción de la célula beta pancreática en la DM1.

A pesar de que hace un tiempo se pensaba que el genoma no codificante era basura y no servía para nada, hoy en día se sabe que los ARNs no codificantes juegan un papel crucial en la regulación de múltiples procesos, como por ejemplo la expresión génica. En los estudios que está realizado la Dra. Santín se ha observado que “algunos ARNs largos no codificantes que contienen polimorfismos asociados a diabetes tipo 1 regulan rutas intracelulares muy importantes en la patogénesis de esta enfermedad, como la inflamación o la muerte de la célula beta pancreática”.

Partiendo de estos hallazgos, y gracias a los trabajos de caracterización funcional de los lncRNAs asociados con diabetes tipo 1, “parece lógico pensar que estas moléculas son fundamentales en la patogénesis de la enfermedad”, afirma la experta del Instituto de Investigación Biocruces. Según especula la Dra. Santín, “la caracterización de su función a nivel de célula beta pancreática ayudará a clarificar los mecanismos genético-moleculares por los que la célula beta pancreática es destruida en la diabetes tipo 1 y proporcionará la información necesaria para el desarrollo de terapias basadas en la modificación de estos lncRNAs”.

Con todo, se asume que todavía se sabe muy poco sobre la función de estos lncRNAs en la destrucción de la célula beta. Por ello, insiste la Dra. Izortze Santín, “lo primero sería caracterizar su función, para luego proceder a diseñar estrategias que permitan modificar el impacto nocivo de estos lncRNAs asociados a diabetes tipo 1 en la viabilidad de la célula beta pancreática”.

Riesgo cardiovascular oculto en diabetes

Otro de los temas debatidos en la mesa conjunta SED-CIBERDEM celebrada en este Congreso se ha centrado en desvelar el impacto del riesgo cardiovascular oculto en el paciente con diabetes, es decir, el riesgo residual que persiste cuando se han modificado todos aquellos factores de riesgo considerados importantes. El problema es importante, ya que hasta un tercio de pacientes aparentemente libres de peligro cardiovascular acaban teniendo un infarto.

Un ejemplo claro de esta situación es el colesterol, según ha expuesto en su conferencia el Prof. Josep Ribalta, de la Universidad Rovira i Virgili de Reus (Tarragona). Presentar niveles elevados de colesterol es uno de los principales factores de riesgo para tener un infarto; sin embargo, más de un 30% de los infartos ocurren en personas con un colesterol LDL aparentemente normal”, apunta este experto. Esa normalidad se fundamenta en hallazgos derivados de analíticas rutinarias, pero con el empleo de herramientas analíticas más especializadas se puede percibir, por ejemplo, que las partículas LDL son más numerosas y pequeñas, que sus HDL funcionan de manera menos efectiva y/o que hay unas lipoproteínas (remanentes) que al organismo les cuesta eliminar.

Por lo tanto, el Prof. Ribalta propone dos líneas de trabajo para ayudar a los clínicos a identificar estas situaciones de riesgo que escapan a las analíticas de rutina. Por una parte, aconseja la utilización metodologías como la resonancia magnética nuclear que permitan visibilizar estas características, siendo necesario que tengan una aplicación rutinaria en la clínica en un futuro no lejano; a su juicio, “la resonancia magnética nuclear es una herramienta útil para detectar la dislipemia diabética de una manera precisa, y con posibilidades de ser aplicada a la clínica”.

Por otra, este experto recomienda analizar exhaustivamente otras propiedades de las lipoproteínas (no sólo su concentración) que hagan que a concentraciones normales puedan ser más propensas a depositarse en las arterias. Así, se sugiere que puede resultar muy informativo estudiar su carga eléctrica, las modificaciones postraduccionales de algunas de sus proteínas o los restos de pared bacteriana que arrastran una vez son producidas en el intestino.

En definitiva, según resume Josep Ribalta, “si somos capaces de identificar los parámetros (ocultos) que ponen de manifiesto este riesgo y si mejoramos nuestro conocimiento sobre qué los causa y cómo modificarlos, estaremos dando pasos importantes para prevenir las consecuencias del riesgo cardiovascular oculto en personas con diabetes”. A modo de ejemplo, el profesor de la Universidad Rovira i Virgili indica que la presencia de LDL pequeñas depende en gran medida de los triglicéridos y, por lo tanto, en determinados pacientes el control de los triglicéridos puede ser más importante que el del colesterol.

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