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La soledad

Por el 27/01/2021

miguel-gutiérrez-soledadMiguel Gutiérrez / Catedrático de Psiquiatría

En estos “entrañables” días navideños que ya han pasado, muchas personas se han sentido solas. Cuando pensamos en la soledad, la asociamos con la falta de contacto humano, pero lo cierto es que podemos sentirnos solos incluso estando rodeados de muchas personas. A esto le llamamos soledad emocional. La soledad emocional está vinculada a los sentimientos de incomprensión, tristeza e inseguridad. Vamos a hablar de ello un poquito.

Las nuevas formas de comunicación posibilitadas gracias a las tecnologías nos han brindado una mayor capacidad de conexión con los otros al instante. Sin embargo, según revelan algunas encuestas y estudios, las personas que hacen mayor uso de las redes sociales o de las herramientas para comunicarse con los demás son también los que tienen una sensación más profunda de aislamiento social o soledad.

Cierto que, en esta particular situación que vivimos de aislamiento forzoso, muchos, entre los que me encuentro, en determinados momentos hemos experimento esa falta, justificada, de libertad que ha afectado nuestra actividad social en un grado u otro, disminuyéndola drásticamente. En los últimos meses que hemos pasado semiconfinados nos hemos tenido que acostumbrar a estar aislados socialmente. Es por ello que seguramente se hayan generalizado aún más los sentimientos de soledad, tanto en un sentido positivo como negativo: muchas personas se habrán dado cuenta de que son capaces de vivir consigo mismas, pero otras también habrán descubierto lo mal que se pasa cuando la única manera de contactar con los seres queridos a los que extrañamos es a través de una pantalla.

Ese incómodo sentimiento de soledad aparece ante la necesidad que tenemos de afecto o compañía, así como de pertenencia a un núcleo social. Al no verse satisfecha, puede generar una falta de autoestima o inseguridad que nos lleva a pensar que somos como una isla completamente aislada en medio de un mar inmenso. Es así como se pone en cuestión nuestro papel en el seno de la sociedad y a qué lugar o comunidad pertenecemos. En mi opinión, de ningún modo podemos paliar o sustituir esa necesidad de contacto a través de una pantalla, ya que al final es el contacto físico el que prima de cara a establecer una unión real con el otro.

No siempre la soledad es negativa

El tema de la soledad no es sencillo. Existen muchas formas de soledad y no todas son negativas, en la medida que también hay una soledad buscada voluntariamente que se suele relacionar con la actividad creadora y la eligen muchos artistas para concentrarse mejor y estimular su creatividad o el desarrollo espiritual, también buscado por muchas personas, en retiros o aislamientos voluntarios que hallan paz, encuentros con uno mismo, una huida del estrés de la vida cotidiana, estudio, etc, etc. Naturalmente, esta forma de soledad no supone dificultad psicológica alguna ni incapacidad existencial para interactuar con los demás.

La soledad, por tanto, no siempre es un sentimiento negativo. Ved este fragmento de un poema de Moustaki

Con mi soledad / Por haber dormido tan a menudo con mi soledad / se ha convertido casi en una amiga, en una dulce costumbre. / No me deja ni un momento. Fiel como una sombra /me ha seguido por todas partes, por los cuatro rincones del mundo. / No, nunca estoy solo, /con mi soledad

La soledad, entendida como falta de compañía desde el punto de vista objetivo es algo relativamente frecuente en muchas personas y sabemos que esta soledad pocas veces ha sido “buscada”, lo que no quiere decir, en modo alguno, que ello represente necesariamente una vivencia desagradable. Es cierto, sin embargo, que muchas personas se sienten solas y expresan un sentimiento doloroso. Lo importante en todo caso es “cómo nos sentimos”. Decíamos antes que uno puede estar rodeado de gente y sentirse solo y también, podemos estar solos y a gusto porque ello no implica sentirnos solos. Es en la base de este sentimiento donde encontraremos el tipo de vinculación que tenemos con otras personas y con nosotros mismos, y esto marcará nuestra existencia.

Muchas personas se sienten solas porque se sienten “incomprendidas”, se sienten no entendidas o desatendidas. Otras personas, al sentires solas o incomprendidas se deprimen y expresan sentimientos de aflicción y pesadumbre. Finalmente, las personas que se sienten solas son inestables emocionalmente, inseguras en su vida, vacilantes en la toma de decisiones. Casi siempre, estos sentimientos de soledad están relacionados con la falta de relaciones sociales o falta de apego con otras personas. Se suele experimentar cuando necesitas a alguien que te apoye y te escuche pero compruebas que no tienes a nadie a mano.

La soledad no se siente/si te sientes tu querido/si te rodea la gente/ o si te abraza un amigo.

También se siente de la forma más intensa cuando afrontas una pérdida o un duelo de una persona que era muy importante en tu vida.

En esta tristeza de mi soledad/ infinitamente pesada/ amargando mi casa/ llorando tu ausencia en estos días, quizá sea absurdo mi deseo y / entre tanta incomprensión, mis ojos sólo se nublan/ en el fondo que guardan las cosas que no se pueden decir/ las cosas que sólo se pueden sentir…

A veces también, cuando observamos personas de nuestro círculo de amigos que tienen relaciones de pareja estable o romántica, y nosotros no, etc… El hecho de sentirnos excluidos de un grupo social supone un grave contratiempo en este sentido por la necesidad de afecto, compañía y pertenencia al grupo que va con nosotros. Lo expresa muy bien Alfonso Reyes

De los amigos que yo más quería/y en breve trecho me han abandonado/ se deslizan las sombras a mi lado/escaso alivio a mi melancolía/.

Todos tenemos la necesidad de integrarnos en un grupo, de ahí que en la mayoría de los casos la soledad social sea momentánea, porque tenderemos a reiniciar relaciones con otros en otros ambientes o con otros círculos de personas.

El sentimiento de soledad puede entenderse también como un «estado psicológico como consecuencia de pérdidas en el sistema de apoyo individual, disminución de la participación de las actividades dentro de la sociedad a la que pertenece y sensación de fracaso en su vida».

La soledad en los jóvenes

Los sentimientos de soledad pueden darse de forma habitual en la infancia y se acentúan a menudo en la adolescencia. La soledad es un sentimiento que puede aparecer de forma normal en todas las etapas de la vida. En la juventud son relativamente frecuentes estos sentimientos. En esta fase de la vida donde se estructura la personalidad, la propia identidad y también la autoestima, los sentimientos de soledad pueden condicionar de forma importante un desarrollo normal de la persona. Es un proceso en la que se producen cambios importantes, uno de ellos es el establecimiento de relaciones con otros jóvenes en paralelo a la búsqueda de una independización de las figuras paternas. Acabar el instituto, empezar la universidad o entrar en el mundo laboral, independizarse o cambiar de ciudad son acontecimientos que forman parte de esta época de la vida llena de cambios y, a menudo, de incertidumbres. Son etapas en que el desarrollo emocional y de habilidades sociales son muy importantes, etapas para muchos de ellos difíciles en las que pueden mostrar problemas de adaptación o dificultades para afrontar estos cambios en su vida capaces de generar sentimientos de soledad. Muchos jóvenes no están acostumbrados a esos sentimientos de soledad. Los últimos años de adolescencia y los primeros de la veintena son a menudo un periodo complicado. Mucha gente joven puede no estar preparada para lidiar con el estrés y los trastornos emocionales.

El adolescente necesita vincularse con sus iguales y su inclusión en grupos o cuadrillas es fundamental para su desarrollo cognitivo y afectivo. Cuando no consigue establecer relaciones suficientes en calidad y cantidad, el joven sufre y puede mostrar tristeza, malestar, apatía, desinterés, sentimientos de vacío existencial, angustia, etc. y todo ello repercutirá muy negativamente en la autoestima. Por tanto, la soledad en los jóvenes puede tener consecuencias negativas y repercutir en un desarrollo anómalo como persona que abre la puerta a problemas psiquiátricos en la edad adulta. La soledad es un factor de riesgo para la salud mental y física. Se ha asociado la soledad a problemas como la ansiedad, la depresión, el aumento del riesgo de suicidio, la mala calidad del sueño y la salud general, así como cambios fisiológicos. Sabemos también que la adolescencia es un período de tiempo en el que los jóvenes suelen establecer relaciones con iguales a través de medios tecnológicos. El uso excesivo de medios tecnológicos de comunicación social a menudo puede generar en el adolescente sentimientos de estar desconectados y solos. Estos medios a menudo disminuyen las relaciones directas con los compañeros a la vez que limitan la cantidad de tiempo que pasan con su familia. Esta situación es aún más preocupante debido a que los niños cada vez acceden a este tipo de medios a edades más tempranas.

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