La UPV/EHU recomienda el uso racional de los antibióticos

La alumna de farmacia de la UPV/EHU, Lierni Txintxurreta (San Sebastian) aboga por el uso racional de los antibióticos. Txintxurreta ha dedica su trabajo de final de carrera (TFG) el uso que se hace de los antibióticos de amplio espectro en las farmacias hospitalarias y a los mecanismos por los que algunas bacterias desarrollan resistencia a estos medicamentos. Además, en su estudio propone una serie de medidas para evitar la pérdida de eficacia de los fármacos.

El trabajo, titulado “El uso racional de los antibióticos de amplio espectro: la seguridad del paciente y el problema de la resistencia”, ha sido dirigido por Félix Olagasti, profesor de la Facultad de Farmacia de Vitoria. En el estudio se destaca el grave problema que supone la resistencia a los antibióticos para la sanidad pública. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año 480.000 personas presentan alguna bacteria multirresistente, microorganismos capaces de sobrevivir a los fármacos.

Algunas de las prácticas humanas que están favoreciendo el desarrollo de la resistencia a los antibióticos son el abuso y la incorrecta utilización de los antibióticos por parte de profesionales y pacientes. A ello hay que sumar el elevado uso de estos medicamentos que hace el sector ganadero.

El problema de la resistencia a los antibióticos es que tiene unas consecuencias enormes para el sistema sanitario y la atención hospitalaria, como el agravamiento del estado del paciente que aumenta su tiempo de hospitalización, o el aumento del coste del tratamiento al necesitar más pruebas y medicamentos más caros y específicos.

Y no solo eso. Esta resistencia puede suponer el regreso de enfermedades que habían quedado prácticamente olvidadas. «Algunas enfermedades que estaban camino de ser erradicadas están volviendo a resurgir y la incidencia de enfermedades como la tuberculosis o el paludismo está aumentando debido, entre otros factores, al problema de la resistencia», explica Lierni.

Pero la mayor amenaza a la que se enfrenta la sanidad es quedarse sin herramientas para combatir las infecciones. De ser así, muchas prácticas clínicas como la cirugía, el trasplante de órganos, los tratamientos contra la diabetes o la quiomioterapia, “se podrían volver muy peligrosos a falta de antibióticos eficaces.

En cuanto a la búsqueda de soluciones, Txintxurreta destaca que hacer frente al problema de la resistencia está en manos de todos, que no solo es responsabilidad de los profesionales sanitarios. «Me gustaría subrayar que todos nosotros tenemos algo que hacer, cómo actuar. No miremos siempre hacia fuera, gota a gota se hace un océano», recalca.

Así, en su trabajo recomienda una serie de buenas prácticas para prevenir el problema de la resistencia. En el caso de los pacientes, tomar sólo antibióticos prescritos por un profesional de la salud y sólo cuando éste lo considere necesario; seguir las instrucciones de los profesionales; no usar los antibióticos que le han sobrado a otra persona; evitar abandonar el tratamiento antes de tiempo aunque hayan desaparecido los síntomas; nunca usar restos de antibióticos; y prevenir las infecciones.

Para los profesionales de la salud aconseja evitar las infecciones mediante una correcta higiene de las manos, el material sanitario y el lugar de trabajo; prescribir y dispensar antibióticos solo en casos necesarios; y compartir información con los grupos de trabajo ya existentes en esta materia, Además, aboga por que se informe a los pacientes no sólo sobre la correcta administración de los antibióticos, sino también sobre el problema de la resistencia y sobre los riesgos que tiene usar mal los antibióticos.

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