Las caras ocultas de dar y recibir

Mariana Guzmán / Pedagoga con Máster en Programación Neurolingüística y Coaching y Terapeuta capacitado en LNT

Dar y Recibir, tienen caras ocultas como la INTENCIÓN y las POSIBILIDADES REALES.

Comenzaré por dibujar algunas ideas en el acto de recibir, ya que dentro de nuestra historia de vida tenemos más tiempo recibiendo que dando.

Primero recibimos la oportunidad de existir, de nacer, de vivir, somos cuidados en la tierna infancia, algunas veces más otras menos, pero lo suficiente para superarla y no morir.

Recibimos ideas, creencias, valores de nuestra familia, cultura, amigos, escuelas y de los que están con nosotros interactuando en las diferentes etapas de nuestra vida, al paso del tiempo vamos aprendiendo distintas expresiones y formas de DAR. “Tienes que dar y recibir las gracias, el regalo, el saludo, los buenos días, un beso, un abrazo, la comida, la mano, el permiso, la disculpa, el pésame, limosna, ayuda, la bienvenida etc.” Nos enseñan normas sociales y de conducta, que son culturalmente aceptadas y necesarias para nuestra inmersión en un mundo lleno de expectativas acerca de lo que vamos a dar una vez que recibamos lo básico y que seamos lo suficientemente capaces para generar o devolver algo.

Las personas involucradas en proporcionarnos educación, formación, alimento, seguridad, entretenimiento etc. inconsciente o conscientemente generan expectativas no sólo de lo que seremos capaces de desarrollar o generar con lo que nos ofrecen, sino de lo que podremos, si queremos, retribuirles, ya sea a través del cariño, amistad, fidelidad, respeto, obediencia, responsabilidad, ayuda, apoyo etc.

Por una parte está la intención, lo que nos mueve a dar o a recibir y por otra lo que está dentro de nuestras posibilidades reales.

En ésta dinámica se encuentra inherente la riqueza de quien da, su capacidad de recibir y la intención real que no siempre es evidente ni explícita.

Ambos actos necesitan de una preparación consciente para saber manejarse con arte.

El saber DAR y el saber RECIBIR involucran la parte racional y creativa, ambos juegan y crean, bailan y navegan al ritmo de la convivencia e implican el autoconocimiento, la autorregulación de nuestras conductas y sentimientos, la empatía y el desarrollo de las habilidades sociales, es decir, un pleno manejo de nuestra inteligencia emocional entendida como la capacidad de gestionar nuestra personalidad y trascender a la acción social aportando, sumando  y desarrollando una convivencia funcional.

El autoconocimiento es un primer eslabón en el que aprendo a DAR A MI PERSONA Y A RECIBIR DE MI MISMA Y RECIBIR DE LOS DEMÁS lo que NECESITO.

Implica identificar, reconocer y aceptar mis necesidades, saber quién soy, qué tengo, lo que soy capaz de generar, de compartir, de PEDIR o SOLICITAR a los demás, saber a lo que puedo o no comprometerme sin ponerme en riesgo, y si aquello que puedo dar y quiero, es voluntariamente aceptado, interesante o puede aportar a la parte que recibe.

Otras caras ocultas en el DAR Y RECIBIR son las EXPECTATIVAS, EL MIEDO y EL CONTROL.

 Padres y madres quejándose de “todo” lo que le han dado a sus hijos y lo mucho de su tiempo, dinero, esfuerzo invertido en ellos y en su desarrollo para que finalmente no colmen sus expectativas.

Parejas en donde sus relaciones no les dan lo que ellos esperaban a pesar de “todo” lo ofrecido de su parte incluidos sacrificios y renuncias de toda índole. Clientes con un sentimiento profundo de frustración al percatarse que en su trabajo no reciben lo que esperan, después de años y horas extras invertidos en el proyecto de la empresa.

Grupos de amigas y amigos, que dejan de convivir porque unos creen que dan demasiado y reciben muy poco.

En el fondo, detrás de estas situaciones está el MIEDO a perder, a no ser suficiente, a la soledad, a la traición, a ser lastimados, a la injusticia etc. y el deseo de CONTROLAR  el tiempo, las reacciones, las personas,  de controlar todos los factores posibles para evitar el sufrimiento. El construir EXPECTATIVAS y sueños a futuro alrededor de la persona o situación por la que apostamos, sin contar con que no podremos controlar ni cambiar a las personas ni a las circunstancias, y que intentarlo termina siendo frustrante y poco funcional.

En Programación Neurolingüística dentro del coaching trabajamos entre otras preguntas las siguientes para generar reflexiones en nuestros clientes:

 1.-“He dado todo por nada a cambio”¿qué es Todo para ti? ¿Hablaste antes con la otra parte de lo que esperabas recibir?¿Te han pagado o devuelto lo acordado? ¿Tú has invertido más tiempo en esto porque te han obligado o porque has querido?¿lo dijiste en su momento?¿preguntaste si la otra parte estaba dispuesta a darlo? ¿qué te sigue manteniendo aquí si es tan injusto? ¿Qué si estás recibiendo a cambio y qué no estás considerando? ¿te conviene esta relación?

2.-“Toma lo que quieras, tienes todo de mi”: Que diferente decir: toma lo que necesitas, te daré lo que está dentro de mis posibilidades dar dentro de mis tiempos y situación. Evitando así generar en quien escucha falsas expectativas y otorgarle el derecho de que el otro marque los límites.

3.-“Te hemos dado todo y tú no agradeces nada”: ¿Qué esperabas a cambio?, ¿Cómo es que seguiste dándolo, si no recibías desde el primer momento lo que esperabas o habías acordado?, ¿la persona de quien esperas recibir sabe específica y claramente lo que quieres?, ¿qué si estás recibiendo a cambio que no estás considerando?

Finalmente recordemos que las generalizaciones de TODO, NADA, NUNCA, SIEMPRE, son poco reales y adecuadas.

DAR Y RECIBIR con sus caras ocultas esconden la magia del servicio, un lenguaje del amor que abre puertas, posibilidades y establece compromisos con nosotros mismos de  enriquecernos a través de los demás, para los demás forjándonos consciente y consistentemente desde la raíz.

Más información puede contactarme: www.marianaguzman.net

*Para agilizar la lectura y redacción en el artículo al referirme a una persona implico la comprensión de ambos géneros.

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