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Psicología para reducir el dolor en la fibromialgia

Por el 18/05/2015
fibromialgia

La fibromialgia está considerada como la causa más frecuente de dolor músculo-esquelético crónico difuso, con una alta comorbilidad entre diversos trastornos psiquiátricos. La Sociedad Española de Reumatología estima que dicha patología afecta a 1.100.000 personas en España (2,4% de la población). Al menos el 20% de los pacientes con fibromialgia presenta un trastorno depresivo y un 13% trastornos de ansiedad, además de una tasa superior de otros trastornos, como la fobia específica, el trastorno obsesivo-compulsivo.

El Dr. Pablo Orgaz, médico de Avances Médicos (AMSA), describe la fibromialgia como una “alteración en el procesamiento del dolor, de origen desconocido, que cursa con síntomas como el dolor generalizado, el cansancio o la rigidez y conlleva un importante distrés psicológico asociado”.

La fibromialgia tiene profundas repercusiones en la calidad de vida del que la padece y en el conjunto de sus relaciones significativas, generando un elevado nivel de sufrimiento. En este sentido, se pone de manifiesto la necesidad de dirigir el funcionamiento psicológico para, en última instancia, mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Varios estudios han evidenciado que las intervenciones psicológicas son eficaces para obtener un resultado favorable en el tratamiento de la fibromialgia. Entre las intervenciones psicológicas que se han señalado como más beneficiosas, se encuentran la terapia cognitivo conductual, la terapia grupal y técnicas de relajación que mejoren la conciencia somatosensorial.

Estudios que valoran el tratamiento psicofarmacológico llegan a la conclusión general de que los mejores resultados se obtienen del tratamiento combinado de psicoterapia y farmacoterapia. “El tratamiento en salud mental de la fibromialgia mejora la calidad de vida, disminuye el gasto sanitario y la sensación subjetiva de dolor y mejora la clínica psiquiátrica asociada”, sentencian desde AMSA.

La relación entre los trastornos metales y la fibromialgia es controvertida. Según algunos autores, los síntomas característicos de la fibromialgia (dolor, cansancio, parestesias, anquilosamientos, mareos, puntos miofasciales hipersensibles, etc.) son atribuibles a desadaptaciones psicológicas. Para ellos la fibromialgia es una forma de somatización. Otros entienden que la etiología de la fibromialgia, aun desconocida, es independiente de factores psicológicos. La alta comorbilidad de síntomas, como la ansiedad o la depresión, es la consecuencia lógica del sufrimiento que supone convivir con el dolor crónico. “Ambos puntos de vista se fundamentan en modelos basados en un dualismo mente-cuerpo, frente al que progresivamente se impone un modelo biopsicosocial, ampliamente aceptado en otros campos de la Medicina”, concluye el Dr. Orgaz.

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