Álava consigue escolarizar a niños y adolescentes con trastorno bipolar

Diversos estudios científicos cifran en torno al 1% el porcentaje de niños y adolescentes que sufren un trastorno bipolar. La cifra no es concluyente, habida cuenta que el diagnóstico en niños y adolescentes resulta complejo y se confunde con otras patologías, lo que deriva en un diagnóstico tardío debido a que la evaluación en niños y adolescentes es peor y más complicada dado que los niños son peores informadores que los adultos, tienen menor capacidad de autoevaluación y autoanálisis y dificultades a la hora de comunicar sus problemas y dificultades y les cuesta identificar y reconocer que «les pasa dentro», lo que dificulta la creación de una buenos relación terapéutica.

La Academia Americana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente estima que aproximadamente un tercio de los niños y adolescentes que han sido diagnosticados de depresión podrían padecer los síntomas incipientes de un futuro trastorno bipolar. Asimismo determinadas sociedades científicas internacionales ponen sobre aviso: un elevado número de niños con diagnósticos de Trastorno de Conducta y otros cuadros disruptivos son presentaciones, más o menos insidiosas, de un futuro trastorno bipolar.

En 2012 el Ministerio de Educación editó la Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno Bipolar, pero ha sido en los últimos cinco años cuando mas se ha desarrollado el estudio y tratamiento de los menores con esa patología. Debido a diseños más sofisticados y a planteamientos metodológicos más correctos, en la actualidad su admisión por parte de los especialistas es algo indiscutible.

Descrita la situación actual en el marco del XXI Curso de Actualización en Psiquiatría de Vitoria-Gasteiz que se ha celebrado recientemente, la psiquiatra del Hospital Universitario de Alava, Laura García Ayala en su ponencia ‘Capacidad escolar y de trabajo en el trastorno bipolar. ¿Hacemos lo suficiente?’  asume que “el objetivo actual del tratamiento de los niños y adolescentes con trastorno bipolar y otros trastornos mentales graves es no solo la mejoría clínica, sino la integración escolar y la preparación para una vida laboral futura. Para conseguir esto es necesaria una buena coordinación con los servicios sociales y con Educación. Es por ello”, subraya, “por lo que en Álava se trabaja dentro del grupo de trabajo sociosanitario de los menores en riesgo de exclusión. En los últimos años se ha avanzado muchísimo consiguiendo escolarizaciones adecuadas en niños que previamente, debido a su patología, tenían graves dificultades, y es preciso seguir trabajando en esa línea”.

 

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