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Anesvad reconoce la trayectoria de Sor Encarnación González, de Hermanas Hospitalarias

Por el 12/05/2023
Premio-Anesvad

Sor Encarnación González, religiosa hospitalaria y misionera perteneciente a la Orden Religiosa de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, orden a la que pertenece la institución sanitaria Aita Menni, ha recibido el “Premio a toda una vida profesional” de la Fundación Anesvad. El galardón reconoce la trayectoria de personas que han desarrollado en el África subsahariana labores solidarias, de cooperación y de promoción del derecho a la salud. La Hermana Hospitalaria pasó 30 años como misionera en el Centro de Salud Saint Benedict Menni de Monrovia (Liberia).

El centro de salud liberiano está hermanado con el Hospital Aita Menni y, además de prestar servicios de consultas externas y medicina general, desarrolla en colaboración con el centro guipuzcoano un programa de rehabilitación para mujeres con enfermedad mental. En ambas iniciativas ha tenido un papel crucial la hermana Encarnación —“Sister Inca”, por cómo la conocían en el país africano—.

El reconocimiento, uno de los tres que otorga Anesvad en el marco de la VII Edición de sus premios HEALLTH a la solidaridad y la cooperación, ha sido entregado en el transcurso de una gala que ha sido en el Museo Guggenheim de Bilbao. Allí, Inca ha estado acompañada por la superiora de Hermanas Hospitalarias Aita Menni, sor Isabel Martínez, por su director gerente, Mikel Tellaeche, y por más integrantes de Hermanas Hospitalarias.

Sobre Inca

Inca llegó a Liberia un 21 de septiembre del 1992, en medio de la primera guerra civil de Liberia.  Ante el recrudecimiento de la guerra y junto a otra hermana, se exiliaron a Ghana el 29 de noviembre, dos meses después de llegar al país. Volvería seis meses después, en mayo de 1993, mientras que el conflicto bélico se alargó hasta 1996. El segundo periodo de guerras comenzaría en 1998 y no finalizaría hasta octubre del 2003. En ese periodo tuvo que volver a salir del país cuatro meses en 1998 y una vez finalizada la guerra fue trasladada a Ghana en octubre de 2003.

La hermana Inca regresó definitivamente a Liberia en 2007. Se estima que murieron en el país entre 200.000 y 250.000 personas, y más de un millón tuvieron que abandonar Liberia como refugiados.

Cuando parecía que el país olvidaba sus peores pesadillas, en marzo de 2014 llegaría la peor epidemia de ébola conocida. Liberia fue la nación más afectada por número de muertes, y la epidemia puso de manifiesto la fragilidad estructural del país, llegando a cerrarse todos los centros sanitarios durante cuatro meses.

Inca viajó a España en junio y en julio las fronteras ya estaban cerradas. Volvería el 1 de diciembre de 2014 con la misión de reabrir el centro de salud, poniendo en riesgo su vida una vez más, como anteriormente había hecho durante los periodos de guerra. La reapertura de la clínica requirió adaptar las instalaciones construyendo una nueva zona de triaje y otra de aislamiento para posibles casos de ébola.

Liberia fue declarada libre de ébola en junio de 2016, y en 2017, tras conseguir reformar el pabellón sin uso que había sido dedicado a niños con secuelas de poliomielitis, Inca González lideró la apertura de una unidad específica destinada a mujeres con enfermedad mental. La misión original de las Hermanas Hospitalarias desde 1881, atender a mujeres con enfermedad mental, llegaba a Liberia tras muchas penurias y tragedias, en línea con el carisma hospitalario de la Congregación.

En los 30 años que Inca ha estado en Liberia, ha sido la administradora del centro, asumiendo una responsabilidad compleja y ardua debido a la dificultad de sacar adelante un centro asistencial durante los periodos de guerra con las limitaciones y escaseces existentes y con el riesgo personal que suponía conseguir suministros para el cuidado de los pacientes.

La hermana Inca ha sido un pilar fundamental en la creación y sostenimiento de centros médicos en áreas remotas. Ha posibilitado la capacitación de las personas trabajadoras locales con el fin de mejorar la calidad de los servicios de atención médica en la región y sus incansables esfuerzos y su fiel dedicación le han valido el respeto, cariño y admiración de los profesionales de la salud, la comunidad religiosa y la población de Liberia.

Después de 30 años de servicio en África, el 29 de marzo de 2022, “Sister Inca” recibía la cariñosa despedida de las hermanas y el personal del Saint Benedict Menni y partía hacia España. Tal y como la hermana lo traslada, África “ha sido un lugar lleno de amor y color” que nunca borrará de su memoria.

 

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