Información sobre la salud y noticias de salud


El 80% de las mujeres con trastorno mental grave son víctimas de violencia en el ámbito de la pareja

Por el 25/11/2021
mujer-tastorno-mental-violencia-pareja

Con motivo de la celebración, el 25 de noviembre, del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, expertos en salud mental de la Línea de Rehabilitación Psicosocial de las Hermanas Hospitalarias (LRHP) han querido alzar la voz para denunciar el “estigma machista” al que se enfrentan las mujeres diagnosticadas con trastorno mental grave, que en muchas ocasiones les deja solas y sin recursos para hacer frente a la violencia machista de la que son víctimas. No en vano, según las estadísticas, 8 de cada 10 mujeres diagnosticadas con un trastorno mental grave son víctimas de violencia en el ámbito de la pareja, lo que supone multiplicar por entre tres y cuatro las cifras de la población general.

“Sobre todo en violencia machista, es muy típico que cuando una mujer empieza a alzar la voz y a denunciar que no le gusta lo que está sufriendo, se la descalifique diciendo que está “loca”. Eso pasa siempre, le sucede a cualquier mujer. Si a eso añadimos que la mujer tiene un diagnóstico psiquiátrico, es mucho más fácil todavía que ese diagnóstico dé carta blanca para que todo lo que ella diga (en general, pero más incluso si denuncia situaciones de violencia y de maltrato) se diluya bajo el paraguas de que es parte de su trastorno y de que, por tanto, no es una persona creíble y confiable”, denuncia María Amores González, psicóloga del Equipo de Apoyo Social Comunitario (EASC) de la LRHP, perteneciente a la red pública de atención a personas con Trastorno Mental de la Comunidad de Madrid.

Para la experta, ese estigma social también es extensible a todo el sistema institucional, incluidos los profesionales del ámbito de la salud mental, que en su opinión han sido “bastante ciegos” ante esta realidad. En ese sentido, considera que tradicionalmente se han cometido dos errores bastante frecuentes. Por un lado, presuponer que la violencia machista no afectaba a las mujeres con trastorno mental grave (“hemos pensado erróneamente que no tienen tantas relaciones, que no suelen tener pareja”). Por otro, considerar que los hechos que estas mujeres relataban “podían formar parte de su trastorno”. A todo ello, explica se une otro hándicap: que muchas veces las mujeres tampoco eran conscientes de que estas situaciones que relataban, en realidad no eran normales ni tolerables, sino situaciones de violencia”.

“Con los datos que tenemos hoy en día, cuando tenemos delante a una mujer con trastorno mental grave y sabemos que está o ha estado en pareja, lo primero que deberíamos hacer es preguntarle sobre cómo han sido esas relaciones, porque sabemos que tenemos muchas más probabilidades de que nos cuente que ha sufrido violencia en la pareja que de que no lo haga”, argumenta Amores, que destaca la importancia de que desde la salud mental se adopte “la perspectiva de género para detectar la violencia machista” que sufre este grupo de población especialmente vulnerable: “El primer escollo que tenemos que superar es visibilizar esta problemática y ayudar a las mujeres a través de campañas de información y sensibilización a ser conscientes de que eso que les sucede en casa es violencia machista”.

En ese sentido, la psicóloga de Hermanas Hospitalarias ha señalado la necesidad de hacer especial hincapié en la violencia psicológica, que es la que deja menos huella y es más difícil de demostrar y, a su vez, la de mayor prevalencia entre este grupo de población. Según María Amores, en el caso de las mujeres con diagnóstico de trastorno mental grave, esta violencia machista psicológica se manifiesta principalmente en el control económico y en el control del tratamiento psiquiátrica, ya sea por exceso (“aumentos arbitrarios  de medicación para que no se dé tanta cuenta de lo que se está haciendo con ellas y que sea más manipulable y controlable”) como por defecto (“evitando que accedan a los recursos de rehabilitación y sanitarios y que tengan contacto con los profesionales de salud mental”).

Estas mujeres son “muy vulnerables” y tienden a “sentirse en deuda” con las personas que les cuidan, por lo que toleran muchas cosas, según la experta. Al respecto, destaca la importancia de que estas mujeres accedan a los recursos de empleo para que puedan tener unos ingresos económicos propios: “es imposible salir de la violencia o no caer en ella siendo totalmente dependiente de tu pareja”.

Desde que nació la Red de Atención a personas con trastorno mental grave de la Comunidad de Madrid, sin embargo y aunque la incidencia de trastornos mentales graves en hombres y mujeres es la misma, los hombres representan el 60% de las personas derivadas a la red, por apenas el 40% de mujeres. Una diferencia de 20 puntos que, para Amores, representa una clara brecha de género. “La lectura que hacemos nosotras desde perspectiva de género es que con los hombres se hace más esfuerzo terapéutico: se les deriva a cosas, se les manda a cosas. Y en eso tiene mucho que ver la idea de que un hombre en casa, encerrado, sin actividad, sin trabajar, choca con el estereotipo hegemónico de la masculinidad y, por tanto, inquieta más a la familia y a los profesionales. Sin embargo, una mujer encerrada en casa, sin hacer nada, estando tranquilita en el sofá y ayudando en las tareas domésticas no nos inquieta tanto y se la deja”, concluye.

You must be logged in to post a comment Login

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies