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El TDAH no solo afecta a los estudios, también a la calidad de vida

Por el 22/11/2018
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Las personas con TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad) presentan mayor riesgo de padecer, obesidad, trastornos del sueño, conducta alimentaria alterada, principalmente bulimia, y patrones poco saludables de alimentación. De esta forma, el TDAH tiene más dificultades añadidas y no solo afecta a la esfera del ámbito escolar y del trabajo, sino también a las actividades del día a día.

Esta evidencia ha sido puesta de relieve durante la conferencia “TDAH: crecimiento, alimentación y estilo de vida” que ha ofrecido la Dra. Azucena Díez, psiquiatra de la Clínica Universidad de Navarra durante la reunión de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría, que se ha celebrado en el Colegio de Médicos de Gipuzkoa. En dicha conferencia, la especialista ha dado a conocer la evidencia científica sobre la asociación del TDAH con problemas de alimentación y sueño.

En este contexto, la especialista ha destacado que el TDAH “es un problema real, frecuente y tratable que afecta aproximadamente al 3-7% de los niños, es decir, al menos un niño en cada aula podría padecerlo. Persiste en la edad adulta en el 60-70% de los casos. Se da en todas las zonas del mundo, independientemente de los factores sociales o del cociente intelectual y es más frecuente en varones”.

“Los síntomas principales son dificultad para mantener la atención en una actividad, no completar los trabajos, cometer errores por descuido, ser desorganizados, olvidadizos y poco eficientes en el trabajo. También tienden a actuar de forma impulsiva, sin medir las consecuencias, y no planifican bien el tiempo”. “Es una disfunción neurológica, relacionada con el desarrollo y la maduración cerebral. Tiene un tratamiento seguro y eficaz conocido desde hace más de 50 años”, ha descrito la Dra. Díez, quién ha destacado que el TDAH “no solo afecta a la esfera del ámbito escolar y laboral, sino también a las decisiones que hay que tomar en la vida cotidiana, en todos los ambientes”.

En estos pacientes, ha descrito, “su tendencia a la desorganización,  impulsividad y   decisiones rápidas, les repercute en la alimentación. Les resulta difícil seguir una dieta saludable. Todo ello repercute en sobrepeso y obesidad”. “Respecto al sueño, se tiende a pensar que las personas con TDAH duermen poco por los tratamientos farmacológicos, pero no es así. Presentan varios problemas de sueño, previos a la medicación, principalmente tienen una secreción pico de melatonina (la hormona que regula el sueño) más tardío y por eso tardan en dormirse. Muchos de ellos muestran, además, inquietud nocturna, dificultades respiratorias asociadas y sueño de mala calidad. ”.

“El TDAH hay que tratarlo porque no solo es un problema de rendimiento académico y laboral. Se asocia a peor calidad de vida, salud y un riesgo de muerte precoz y accidentes. Todo ello repercute en la esfera socio-sanitaria, generando un gran consumo de recursos y repercusión económica”, ha subrayado. Por todo ello, ha afirmado la Dra. Díez que “es muy importante insistir y reeducar en la importancia de la dieta y concienciar de estos riesgos”.

TDAH Y CRECIMIENTO

Por otro lado, durante su conferencia, la Dra. Díez ha explicado que hay muchas investigaciones abiertas para aclarar si el TDAH por sí mismo puede provocar que los niños tengan un crecimiento tardío, ya que esta enfermedad se trata con fármacos estimulantes que en algunas ocasiones reducen el apetito.

“Las investigaciones recientes indican que el TDAH no se asocia a déficits en la hormona o los factores de crecimiento. Debido a que los estimulantes pueden reducir el apetito, en algunos casos esta situación puede llegar a afectar al crecimiento, principalmente cuando niño ya es bajito de por sí y si  empieza el tratamiento desde muy pequeño. En estos casos, que son mínimos, les puede llegar a afectar en aproximadamente 0,8 a 1,6 centímetros”, ha destacado.

“La gran mayoría de los casos alcanzan la misma talla en la edad adulta que alcanzarían sin tratamiento.” En conclusión, ha destacado que “los médicos deben estar muy concienciados de que a los niños con TDAH hay que medirles y pesarles cada tres meses, y si existen problemas, regular su tratamiento”, ha concluido.

Para llegar a esta conclusión, ha dado a conocer que en el Departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra, donde trabaja, están realizando varias investigaciones acerca de los hábitos alimentarios, la frecuencia de obesidad, trastornos de la conducta alimentaria y la posible repercusión de los estimulantes en el crecimiento. Estas investigaciones se basan en  muestras de más de 400 pacientes y sobre la revisión de varios estudios ya realizados (meta-análisis).

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