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Expertas alertan de que muchos problemas de salud mental que se viven en el posparto derivan de una mala experiencia de parto

Por el 10/04/2019
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El cuidado de la salud mental de la madre durante el periodo de posparto empieza a ser un tema cada vez más tenido en cuenta por los sistemas públicos de salud dada su importancia y las consecuencias que puede acarrear para la madre y para el bebé. Sin embargo, según los expertos, aún queda mucho por recorrer para que se reconozca también la importancia de esa salud mental materna durante el embarazo y el posparto.

No en vano, Según un estudio del King’s College de Londres publicado en 2018 por la revista científica The British Journal of Psychiatry, una de cada cuatro mujeres sufre trastornos de salud mental (depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y obsesivo-compulsivos) durante el embarazo. También durante el parto. “Muchos de los problemas de salud mental que se viven en el posparto derivan de una mala experiencia de parto”, explica Ibone Olza, psiquiatra infantil y perinatal y directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, que el próximo miércoles celebra en el Espacio Ronda de Madrid un seminario presencial y virtual de Psicología del Parto y Nacimiento.

Según la experta, durante el parto la mujer se encuentra en un momento “de máxima vulnerabilidad psíquica, con un estado diferente de consciencia”, lo que provoca que las vivencias del parto queden grabadas y afecten “profundamente a su salud emocional en el posparto, así como a la relación con su bebé y su pareja”.

No solo eso. La vivencia que tenga la mujer del parto, la atención y el acompañamiento (o la ausencia de los mismos) que se le presté durante el mismo, señala Olza, influye además de manera directa en la evolución del mismo: “la confianza y el apoyo emocional facilitan el parto. El miedo, sin embargo, inhibe, aumentando el riesgo de que éste se complique o se alargue, de que la mujer sufra una disociación o de que el parto sea altamente traumático para la madre y para el padre”. 

Apuesta por una continuidad en los cuidados

En 2018 la Organización Mundial de la Salud actualizaba su guía de recomendaciones para una experiencia positiva de parto. En la misma, el organismo internacional insistía en ideas como la atención respetuosa y la comunicación efectiva entre los profesionales sanitarios y la mujer que está de parto. Para Ibone Olza esto significa, entre otras cosas, “proteger la intimidad de la mujer al máximo, no exponerla, no permitir que entren personas en el paritorio sin aviso previo y sin una razón importante, no hacer tactos vaginales apenas o solo los imprescindibles, cuidar y proteger con cariño y respeto, garantizar la libertad de movimiento en todo el trabajo de parto, y permitir que la mujer esté en todo momento acompañada por alguien de su elección”.

La OMS también hacía hincapié en su documento en la necesidad de implantar un modelo de continuidad de los cuidados, algo que para la directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal sería “el ideal” por permitir que el mismo equipo que hace el seguimiento del embarazo atienda el parto, lo que genera “una relación de confianza previa al parto”. Si eso no es posible, Olza ve imprescindible que al inicio del parto se pregunte a la madre qué cuidados necesita, si ella cree que hay información que sea importante que la matrona o el equipo conozca, si tiene antecedentes de pérdida o parto traumático o si hizo un plan de parto, algo que la experta considera “especialmente relevante” en los casos de madres con discapacidad, diversidad funcional o que vienen de otras culturas y/o no entienden el idioma.

Ibone Olza, por último, señala también a la figura del padre o acompañante, que en su opinión debe “estar bien preparado, y saber cuál va a ser su lugar y cómo proteger y acompañar a la madre”. La figura del padre durante el parto será precisamente uno de los temas que se aborden en el seminario Psicología del Parto y Nacimiento, que según la organizadora surge tras años de trabajo con madres, “de escuchar y percibir cómo sus necesidades emocionales en el parto no son atendidas y ver el sufrimiento que eso genera”. También, apunta, como respuesta a la petición creciente por parte de muchos profesionales sanitarios relacionados con la maternidad de “más formación para poder ofrecer una atención más cuidadosa y respetuosa en el parto”. 

 

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