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Ingerir los dulces media hora después de la comida mejora la digestión de los menús navideños

Por el 20/12/2017
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¿Atragantan las emociones o ese familiar que no puede ni ver?, ¿Influye la estética y disposición de la mesa, los colores, la música que suena, la compañía en la mesa y el número de la misma?, ¿Es posible trazar un plan preventivo para organizarse –y defenderse- ante los posibles excesos de Navidad?, ¿qué consecuencias tendrán ese “poquito de más” tan clásico de estas fechas? Las urgencias e ingresos hospitalarios aumentan en Navidad, debido fundamentalmente a crisis hipertensivas, diabetes descompensada, ataques de gota y diversas patologías digestivas relacionados con excesos alimentarios. Además, algunas enfermedades neurológicas se ven influenciadas por la ingesta de alcohol o la falta de sueño, factores que además contribuyen al mayor riesgo de accidentes.

¿Hay, por tanto, que temer a las Navidades? Quizás sea exagerado decirlo así,  pero estas y otras cuestiones fueron abordadas por Javier Aranceta, presidente de la sección de ciencias de la Alimentación de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y ponente en la jornada divulgativa Encuentros con la salud que se celebró en la biblioteca de Bidebarrieta y que lleva por título Alimentación y salud: cómo prevenir los excesos en Navidad. “Son fechas en las que los afectos y la cordialidad se trasladan a la cocina y a la alimentación; fechas esperadas y con un poso histórico en la cocina, en especial en el País Vasco”, asegura el especialista.

La primera alerta salta de inmediato. “Existe la posibilidad de incorporar entre 2 y 4 kilos de más que se van con dificultad o no se van nunca y ahí surge un problema. A su vez”, prosigue Aranceta, “está la evidencia de que en estas fechas se descuidan problemas metabólicos ya conocidos en parámetros como la glucosa, el colesterol, los triglicéridos o la gota  o aparecen en personas que no tenían constancia de tener problemas con ellos”.

El profesor de Nutrición Comunitaria de  la Universidad de Navarra hizo un repaso sobre platos tradicionales en estas fechas como “la sopa de pescado, la coliflor y la berza, el bacalao, el besugo y la repostería típica de estas fechas en el País Vasco como el goxua, la intxaur saltsa o el pastel vasco que son nutricionalmente interesantes y están vinculados a los afectos. Como en muchas ocasiones los elaboran alguien próximo y querido, aparece la cocina emocional, que también tiene su peso porque, al fin y al cabo, la alimentación es cultura. Las técnicas de cocción (a la plancha, por ejemplo); el uso de especias preventivas y el empleo de aceite de oliva virgen en vez de los refritos grasos son buenos aliados en la cocina”.

En el discurso de Javier Aranceta  apareció también un término en boga: gastrofísica. Es bien conocida la expresión comemos con los ojos, “cada día más ligada al ámbito científico”, asume el experto. “La gastrofísica valora los aspectos emocionales y psicológicos en mesa, si uno está feliz o no.  Recientes estudios han confirmado que la forma, el color, el peso y hasta el material de los cubiertos, impacta positiva (o negativamente) en la percepción de los comensales”. El término acuñado por el profesor de Oxford Charles Spence “explica cómo influye el mero hecho de comer solos o acompañados: comemos un 35 por ciento más cuando compartimos la mesa con otra persona y hasta un 75 por ciento más cuando la comida la comparten tres.

El Dr. Aranceta aclara que “incluso los detalles estéticos como la decoración de la mesa, los colores, la disposición de los comensales, la música que suena o el estado de ánimo influyen en que la experiencia resulte más o menos saludable”.

¿Influyen las malas relaciones entre los comensales? Aranceta entiende que “es una cuestión de educación y buenas costumbres. Hay que tener la habilidad de pactar un día de tregua porque esas discusiones y disgustos generan una incompetencia del proceso digestivo. Si se llega a la bronca es casi mejor no comer nada porque se generan una serie de toxinas, nocivas para asimilar esos alimentos pero, insisto, lo mejor es saber ir por la vida con un poco de generosidad”.

El médico nutricionista recomienda “trazar un plan preventivo para organizarse –y defenderse- ante los posibles excesos de Navidad. ¿Cómo? Consensuando el menú antes de planificar la compra. Una vez hecho esto, es aconsejable decidir las técnicas culinarias, la colaboración y el ambiente que se va a vivir en la mesa”.

Todas estas cuestiones se perfilan para minimizar los estragos de estos días. Aun así, “ocurren excesos. ¿Qué podemos hacer para evitar los problemas digestivos? Además de la contención en las cantidades, un buen recurso es ingerir los dulces media hora después de la comida principal. ¿En el caso de los excesos de alcohol? “En primer lugar, intentar evitarlos y muy especialmente, ser prudentes y no conducir o realizar actividades que entrañen riesgo si hemos consumido alcohol. No obstante, para contrarrestar los problemas digestivos ocasionados por el alcohol puede ser de gran ayuda preparar en  un vaso de 220 ml dos tercios de té verde, un tercio de zumo de limón y una cucharadita de bicarbonato. Hay que realizar cocina inteligente, también en las fiestas de Navidad”.

Sobre Encuentros con la Salud

Encuentros con la Salud es una iniciativa organizada de forma conjunta por el diario El Correo, y la agencia especializada Docor Comunicación que cuenta con la asesoría científica de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y la facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

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