Información sobre la salud y noticias de salud


La COVID-19 dispara el síndrome del cuidador quemado

Por el 30/09/2021
sindrome-cuidador-quemado

La pandemia de la COVID-19 ha provocado que muchas personas cuiden a sus familiares de avanzada edad en sus domicilios, en lugar de en centros especializados. El miedo al contagio, la pérdida reputacional de las residencias y haber estado más tiempo en casa, está entre los factores de este incremento.

Esta situación ha disparado los casos del denominado “Síndrome del Cuidador Quemado”, que es un estado de agotamiento físico y mental que aparece en personas que asumen el rol de cuidar a un ser querido durante un largo periodo de tiempo.

Estas afirmaciones han sido realizadas por Raúl García, psicólogo de las residencias vizcaínas Kirikiño, Barrika Barri y Olimpia, con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, que se celebra el 1 de octubre. En este contexto, ha destacado que “las consecuencias en el cuidador son muy claras: ansiedad, depresión, insomnio, consumo psicofármacos, etc., aumentado cuando están presentes síntomas psicológicos o conductuales como agresividad o depresión. Todo ello conlleva un deterioro del funcionamiento social, de autocuidado y laboral del cuidador principal”.

“Se estima que un cuidador principal de una persona con demencia puede dedicar alrededor de 70 horas a la semana a la labor de los cuidados. Puede tener apoyo externo que muchas veces está poco profesionalizado. Generalmente no se ha tenido en cuenta el desgaste adicional que supone para el cuidador principal el aspecto emocional añadido por el parentesco con la persona dependiente”, ha destacado.

Evitar el síndrome

En este sentido, el especialista ha afirmado que, “en cuanto aparece la dependencia debemos tener en cuenta que, para cuando se percibe, ya hace tiempo que han surgido los primeros indicios pero no hemos sido conscientes de ello”. “Se debe solicitar la valoración de dependencia porque es la llave para el acceso a ayudas y servicios existentes. No se debe tener miedo a consultar a profesionales porque estos servicios de asesoramiento están para ello y nos van a aportar su experiencia. Se dedican precisamente a evaluar y valorar las necesidades de cada persona”, ha agregado.

“Nos ayudan a planificar un plan de trabajo específico en el que se garantice la cobertura de las necesidades específicas, previniendo los efectos que muchas de las patologías puedan tener en ámbitos tan dispares como: la autonomía personal, la aparición de nuevos problemas sanitarios, el estado anímico y vida social de la persona dependiente. Otras ventajas a tener en cuenta son los servicios externos a nuestra disposición como recursos materiales y tecnológicos específicos de ayuda”, ha hecho hincapié.

Por último, el especialista ha señalado que “en la mayoría de los casos la atención a las personas mayores dependientes recae sobre la familia más cercana con o sin apoyo externo, y muchos los cuidadores no tienen la formación adecuada y desconocen las enfermedades en la población geriátrica. No saben cómo evolucionan las patologías ni el futuro de las mismas, especialmente cuando hay una demencia añadida. En estos casos no se tiene en cuenta el impacto de todo ello en la figura del cuidador principal, que es quien se responsabiliza de todo”.

“Además, desconocen los efectos secundarios que la enfermedad tiene como la falta de autonomía, aspectos psicológicos y sociales de la persona dependiente; los materiales y ayudas técnicas que existen; cómo planificar y abordar la asistencia para garantizar una calidad de vida adecuada”, ha concluido el especialista de las Residencias Kirikiño, Barrika Barri y Olimpia.

You must be logged in to post a comment Login

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies