Los esmaltes permanentes propician la aparición de hongos en las uñas de los pies

Los podólogos advierten de que el abuso de esmaltes permanentes puede ser la causa de la aparición de infecciones fúngicas en las uñas de los pies, ya que, al ser lacas más duraderas, “son más duras e impiden el curso natural del crecimiento”, según explican desde el Ilustre Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV).

En ese sentido, la vicepresidenta de la entidad colegial, Maite García, señala que, “cuando aplicamos estas lacas creamos una capa cerrada sobre la uña sin dejar el curso natural de su crecimiento. Con el calor y la humedad se crea una capa húmeda entre laca y uña que provoca la aparición de hongos. Además, estos productos son químicos que se usan con adhesivos para prolongar su duración y no son adecuados para uñas alteradas”.

Por ello, desde el ICOPCV indican que, “si bien se entiende la importancia de la estética como factor social, es relevante tener en cuenta algunas precauciones para evitar la aparición de patologías en los pies”.

Lacas potentes y uñas de porcelana

De este modo, aconsejan, si se comienza a padecer problemas en las uñas, “evitar las lacas más potentes como los esmaltes permanentes y cambiarlas cada 15 días como máximo”.

Asimismo, advierten de que las uñas de porcelana o derivados alargan las uñas de forma no real y añaden más peso a la lámina ungueal (estructura de la uña). “Esto no es natural y su uso prolongado puede cuartear la uña e, incluso, estresar la matriz”, ha afirmado la vicepresidenta del ICOPCV.

Junto a esto, desde el Colegio de Podólogos se ha resaltado que otro de los problemas más comunes al realizar una pedicura es eliminar las cutículas. Una de las principales causas de paroniquias -comúnmente conocidas como uñeros- es eliminar en exceso las cutículas de las uñas de los pies.

Se trata de una infección de las partes blandas de los dedos que precisan de un tratamiento con antibiótico y, en algunos casos, la extracción de la propia uña. Además, desde el ICOPCV alertan de que “pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, mala circulación, o psoriasis, no deberían realizar nunca este tipo de prácticas porque podrían provocar alteraciones graves en sus miembros inferiores”.

Además, Maite García señala que “otros problemas que nos encontramos los podólogos en consulta son pacientes que vienen con patologías por un abuso de limado en talones agrietados, cuando éstos deberían haber sido intervenidos por un tratamiento específico indicado por su podólogo, u otro tipo de alteraciones de la piel que deben ser tratadas por un profesional de la salud de los pies”.

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