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Los excesos de la dieta en la infancia aumentan los riesgos de problemas cardiovasculares

Por el 24/11/2015
dieta niños

¿Puede protegerse  un niño de un infarto antes de los seis años…? La pregunta sobrecoge porque se hace cuesta arriba asociar la imagen de la infancia vinculada a problemas del corazón. Sin embargo, no es desdeñable reseñar que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte a nivel mundial. No obstante, se sabe que el estilo de vida es decisivo a la hora de prevenirlas. La Organización Mundial de la Salud es muy clara a este respecto: los principales factores de riesgo (una dieta malsana, la inactividad física, el tabaco y el alcohol) son modificables y son responsables de aproximadamente un 80% de los casos de cardiopatía coronaria y enfermedad cerebrovascular.

En fechas recientes un estudio publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, demuestra que la prevención no sólo debe empezar cuanto antes, sino que, además, tiene efectos a largo plazo. La publicación pone de manifiesto que el declive en la salud cardiovascular puede comenzar en la infancia y que, con mucha probabilidad, impactará negativamente en la salud del futuro adulto.

«Cuanto mejor podamos equipar a nuestros niños para que tomen decisiones saludables, mayor salud cardiovascular tendrán en el futuro. Y aquellos que preserven su salud cardiovascular hasta la mediana edad, vivirán más y mejor», señala Donald M. Lloyd-Jones, autor del estudio y profesor de medicina preventiva en la Escuela de Medicina de Chicago.

La investigación que Donald ha dirigido analizó en 8.961 niños y niñas estadounidenses de entre dos y 11 años (siendo la edad media 6,8) cuatro de los indicadores de salud cardiovascular más importantes: la adherencia a una dieta sana, el nivel de colesterol, el índice de masa corporal (IMC), y la tensión arterial.

Ninguno de los niños aprobó los cuatro parámetros. Todos tenían, como mínimo, un buen resultado en alguno de los cuatro, pero ni uno solo cumplía todos los requisitos. La dieta sana fue la peor parada: menos del 1% de los niños de entre cinco y 11 años seguía una dieta ideal. Por el contrario, la tensión arterial fue el indicador que mejor tenían los niños. Entre medias, el 30% de los niños no tenían un peso correcto según corresponde al IMC (Índice de Masa Corporal), mientras que  un 40% de los niños expresaban un nivel excesivo de colesterol.

Con los resultados sobre la mesa, claramente, la dieta es la asignatura pendiente de la infancia. No sólo es que la grandísima mayoría de los niños, en general, no cumplían una dieta calificada como ideal y sana sino que, si se bucea entre los datos que ofrece la investigación, se obtienen cifras ciertamente preocupantes: más de la mitad de los niños consumían más de la cantidad recomendada de bebidas endulzadas con azúcar (que no debe sobrepasar las 450 kilocalorías por semana), menos del 10% comía la cantidad de fruta, verdura o pescado que deberían, y el 90% tomaba más sodio del recomendado por la Asociación Americana del Corazón ( que debe estar por debajo de los 1.500 miligramos por día).

 

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