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Recetar deporte y ponerlo en práctica refuerza el aparato locomotor y el envejecimiento saludable

Por el 18/05/2015
ciclismo

La mayor parte de la población conoce los beneficios que tiene la práctica de una actividad física para la salud del cuerpo: la prevención de las enfermedades cardiovasculares, la mejora muscular y en general del aparato locomotor, los importantes beneficios que tiene en el control del sobrepeso y la obesidad, etc. No Obstante, Juan Gondra, profesor de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea y vicepresidente del Colegio de Médicos de Bizkaia, advierte que “el ejercicio también muestra un efecto positivo en muchos casos en el ámbito psicológico”.

El especialista subraya que “en el plano psicológico, además de en el físico, también se ha constatado beneficios derivados de la práctica de una actividad física, como una mejora de la autoestima, un estado de ánimo más positivo, una ayuda para el control de los niveles de estrés y ansiedad en muchos pacientes e, incluso, una mejora de las relaciones sociales del sujeto”.

El profesor explica que “la actividad física es uno de pilares para conseguir un envejecimiento saludable”. Asimismo, ya se está comenzando a demostrar científicamente la importancia de prescribir vida saludable. “En los próximos años será cada vez más frecuente la prescripción médica de una actividad física saludable, como herramienta terapéutica”.

No obstante, reconoce la dificultad con la que se encuentran muchos médicos “para conseguir que los pacientes pongan en práctica estas recomendaciones que favorecen su salud”. Por ello, ha hecho hincapié en que los médicos “debemos esforzarnos para convencerles de manera efectiva para que sigan este tipo de recomendaciones”.

¿Qué se entiende por una actividad física saludable?

Juan Gondra, vocal de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, ha recordado que “el ejercicio es saludable a cualquier edad y para ambos sexos. Ya a partir de los cuatro o cinco años (no como una actividad física dirigida sino como un juego) y en adelante, sin límite de edad, se puede realizar una actividad física regular que favorezca nuestra salud”.

“Para la mayoría de la población adulta”, continúa el experto, “se puede optar un paseo a buen ritmo de entre 60 y 90 minutos, footing, andar en bicicleta o bicicleta estática, subir al monte, o aprovechar una actividad aeróbica dirigida en los centros especializados, sean públicos o privados”. Además de lo anterior, “el experto ha incidido en la importancia de que esta actividad física sea regular, “unas cuatro o cinco veces por semana”, y que la actividad “sea elegida por el sujeto, conforme a sus preferencias y facilidad de puesta en práctica”.

Un chequeo a tiempo

“A una persona adulta que haga un ejercicio básico con regularidad y que no tenga síntomas que puedan apuntar a algún problema de salud quizá no le resulte imprescindible realizarse un reconocimiento médico de aptitud deportiva de forma habitual”. Sin embargo, “para personas que hacen deporte con una mayor intensidad, o para personas que han sido sedentarias y, de pronto, quieren comenzar a hacer ejercicio sí es necesario hacer un reconocimiento de la aptitud para la práctica de actividad física”. Para deportistas con un nivel de actividad física destacado, “un chequeo cada dos años puede ser adecuado”.

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