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Se puede trabajar con un problema de salud mental

Por el 10/10/2017
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Las personas con problemas de salud mental tienen derecho a contar con las mismas oportunidades en su vida laboral que el resto sin ser estigmatizadas por su enfermedad”, según indica el Dr. Javier Goti, psiquiatra de IMQ-AMSA, con motivo de la celebración el 10 de octubre del Día Mundial de la Salud Mental que este año tiene precisamente como lema “Trabajar sin máscaras. Emplear sin barreras” en un intento de romper las barreras de empleabilidad que sufren a menudo las personas con dolencias de este tipo.

Este esfuerzo de integración resulta todavía más necesario si se tiene en cuenta la elevada incidencia que muestran hoy los problemas de salud mental. Se calcula que en España, según la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, sufren alguna patología de este tipo en torno al 20%-25% de la población. “Resulta no solo una necesidad sino una responsabilidad de toda la sociedad su asistencia y reinserción en todos los ámbitos, incluyendo el laboral”, señala el Dr. Goti.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística referidos al 2015, la tasa de actividad de las personas con trastorno mental se sitúa en el 30,4%, un 1% más que el año anterior. Sin embargo, es la segunda discapacidad con menor tasa de empleo, bajando un 0,5% desde 2014 hasta llegar al 15,9% (por detrás de la discapacidad intelectual). Es decir, tal y como recalca la Confederación Salud Mental España, a pesar de haber aumentado el número de personas activas, la tasa de empleo de las personas con problemas de salud mental ha disminuido respecto a 2014.

Por lo que se refiere a Euskadi, según la última Encuesta de Salud del País Vasco, en Euskadi, la salud mental, expresada por la prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión, ha empeorado en las mujeres, pasando del 18% en 2002 al 24% en 2013. En los hombres, la prevalencia ha aumentado desde 2007 a 2013, subiendo del 11% al 16%. Asimismo, la salud mental empeora al descender en la clase social y a menor nivel de estudios.

Tal y como destaca el especialista de IMQ-AMSA, a las personas afectas de problemas de salud  mental “les asisten los mismos derechos en lo concerniente a su vida laboral, debiendo huirse de prejuicios que de forma generalizada consideran a estas personas discapacitadas”. “Hay patologías psiquiátricas agudas, pero también crónicas, siendo la gravedad de los síntomas y la posible cronicidad de los mismos, los factores que han de determinar si existe o no limitación adaptativa  para algunas  actividades. Incluso  cuando tal limitación existe se debe fomentar que estas personas sean asistidas en sus dificultades a fin de promover su inclusión laboral”.

“Cuando los trastornos mentales son severos, por ejemplo una depresión, un trastorno de ansiedad o una psicosis, es cierto que se generan síntomas específicos y patologías que interfieren en los hábitos, rutinas, seguridad personal y en los compromisos sociales y laborales. Todo ello deriva en una notable discapacidad, pero se puede trabajar y corregir esta situación”, indica el Dr. Goti de AMSA-IMQ.

En sentido, el Dr. Goti señala como desde IMQ-AMSA, además de afrontar las patologías psiquiátricas con sus correspondientes tratamientos médicos, se atiende la rehabilitación psicosocial de estos pacientes a través de diferentes programas y Unidades especializadas

“La Unidad de Día de AMSA es un espacio en el que a través de diferentes recursos,  grupales e individuales, centrados en las necesidades de cada paciente, se fomenta la progresiva recuperación y reintegración de quienes han perdido esas capacidades. Se persigue una terapia de rehabilitación psicosocial que es parte fundamental de un tratamiento  que no debe limitarse solo a la parte médica”.

Por otro lado, el experto de IMQ-AMSA afirma que las personas con problemas de salud mental “tienen que enfrentarse todos los días al hecho de que la sociedad muestra hacia ellos un estigma muy profundo”. “Las personas que no han experimentado el dolor que producen estas patologías han de ser capaces de empatizar con esa situación y no incidir más en el sufrimiento. Bastante duro es tener que afrontar los síntomas de un problema emocional. No se puede tener una visión sesgada, estigmatizada de estos problemas, algo que en los entornos laborales es desgraciadamente habitual”.

“Las personas que padecen un trastorno mental suelen ocultarlo precisamente por miedo a este rechazo. No es lógico pensar que la presencia en la empresa de un compañero con problemas de salud mental o física va a limitar necesariamente los procesos en el trabajo. Es una creencia errónea”, subraya el Dr. Goti.

“Por todo ello, desde IMQ-AMSA hacemos un llamamiento a la sociedad en general, y a las  empresas en particular, para que huyan de tópicos y prejuicios en lo concerniente a las aptitudes para el trabajo de las personas que hayan presentado alguna patología psíquica. Facilitemos su autonomía, su desarrollo personal, y su inclusión social”, concluye el especialista de IMQ-AMSA.

 

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