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Uno de cada tres niños españoles tiene caries en dientes de leche

Por el 29/03/2019
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Los más pequeños tampoco están a salvo de uno de los problemas de salud más frecuentes en la actualidad, las caries dentales. Se trata, de hecho, del principal problema bucal y la enfermedad crónica más frecuente en la infancia: según datos publicados por el Consejo General de Dentistas en la última “Encuesta de Salud Oral”, realizada en 2015, uno de cada tres niños españoles (31,5%) de 5 a 6 años tiene caries en dientes de leche.

Como recuerda Eduardo González Zorzano, experto médico de Cinfa, “aunque los dientes de leche no sean los definitivos, son cruciales para la salud y bienestar de nuestros hijos: ayudan a masticar, permiten un correcto desarrollo del lenguaje y se encargan de mantener libre el espacio para los dientes permanentes, que, de otra manera, pueden crecer torcidos o apiñados. Además, no lo olvidemos, también dibujan la sonrisa de nuestros hijos”.

Desde que a un niño le salen sus primeros dientes, pueden producirse las llamadas caries de la primera infancia o ‘caries del biberón’, que causan malestar y dolor en el niño. “Por este motivo, es necesario comenzar a cuidar la boca de nuestros hijos desde el primer momento: al principio, limpiando los dientes del bebé con una toallita o gasa húmeda y, conforme comienzan crecer, enseñándoles a lavarse los dientes de una manera correcta y efectiva”, añade el experto de Cinfa.

Primer año de vida, primera visita al dentista

De esta manera, se evita que las bacterias responsables de las caries colonicen la cavidad bucal del pequeño y, sobre todo, que se acumulen en ella azúcares y carbohidratos, los dos principales factores involucrados en la formación del sarro y la caries dental. Además, la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) recomienda que la primera visita al dentista se realice durante el primer año de vida, pues la probabilidad de caries aumenta conforme pase el tiempo sin que el niño siga una correcta higiene bucal.

Puesto que esta es una enfermedad prevenible, además de llevar a los pequeños al odontólogo con regularidad, es fundamental que los padres inculquen a sus hijos hábitos como cepillarse los dientes después de las principales comidas durante al menos dos minutos, al tiempo que les conciencian de la importancia de no picar dulces entre horas. “Pero también es imprescindible que los padres cuidemos nuestra propia higiene bucodental, tanto para predicar con el ejemplo como para evitar transmitirles, sobre todo cuando son bebés, las bacterias causantes de las caries”, recuerda González Zorzano.

Claves para que tus hijos tengan una boca sana:

  1. Cuida tu propia higiene bucodental. La mayoría de los microbios que invaden las bocas de los bebés proceden de sus propios padres. Se los transmiten cuando, por ejemplo, limpian con su propia boca el chupete o la tetina del biberón, o los besan en la boca. Ni siquiera es necesario tener caries para que el contagio se produzca, por lo que es muy importante que los progenitores, además evitar hábitos como los anteriores, cuiden su higiene oral.
  2. Limpia las encías y dientes de tu bebé con una gasa húmeda o toallita. Desde su nacimiento, frota sus encías con mucha delicadeza y, conforme vayan saliendo, también sus dientecitos.
  3. Evita que se duerma con el biberón en la boca. Sobre todo, cuando este contenga líquidos azucarados, ya que los azúcares quedan adheridos a la superficie dental durante horas, dañando el esmalte y favoreciendo la aparición de caries. Tampoco impregnes su chupete con miel o azúcar ni le dejes de forma continua chupando el biberón. Cuando ya ingiera otros alimentos, además de la leche, asegúrate de que el agua es su bebida principal.
  4. A partir de los dos años, cepíllales los dientes con suavidad. Utiliza un cepillo de cabezal pequeño y cerdas suaves. Hazlo con delicadeza, al menos dos veces al día, usando el equivalente a una lenteja de pasta dentífrica, para evitar que se la trague. También es recomendable que el dentífrico contenga flúor –pero sin superar los 500 ppm-.
  5. Cuando sean capaces, enséñales a cepillarse ellos mismos. Incúlcales la necesidad de hacerlo después de cada comida, pero, sobre todo, al levantarse y antes de irse a dormir, durante al menos dos minutos. Supervísales hasta que estés seguro de que lo hacen bien y de que no se tragan la pasta de dientes.
  6. Cámbiales el cepillo cada tres meses. O cuando las cerdas comiencen a verse gastadas. Asegúrate también de que cuentan con un cepillo de dientes y un dentífrico con flúor adecuados a su edad.
  7. Modera su consumo de dulces y bebidas azucaradas. Reducirás sus posibilidades de padecer caries o sarro si evitas que tomen dulces, bebidas azucaradas e hidratos de carbono refinados, y más, entre horas. Si no puedes evitar que los coman, conciénciales de la necesidad de cepillarse los dientes luego.
  8. Evita que coman antes de acostarse. Es recomendable que no tomen ningún alimento justo antes de ir a dormir o tras haberse lavado los dientes. Intenta que se habitúen a comer únicamente las comidas principales y a no picar entre ellas.
  9. Llévalos al dentista al menos una vez al año. Dado que ni siquiera un cepillado profundo consigue eliminar por completo la placa dental, el odontólogo debe revisar la salud de su boca al menos una vez al año. Además, puede controlar el desarrollo bucal normal del niño y adelantarse a cualquier alteración que pueda producirse.
  10. Predica con el ejemplo. Los padres son el modelo de conducta de sus hijos, por lo que, si quieres que ellos tengan una correcta higiene bucodental, debes empezar por incorporar a tu rutina las medidas anteriores, lo que ayudará a que ellos las interioricen.

 

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