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Resiliencia: arte, aprendizaje, virtud o genética

Por el 02/07/2020

eldiagnosticodemarianaMARIANA GUZMÁN | Pedagoga con Máster en Programación Neurolingüística y Coaching 

Palabra de moda hace algunos años, pero en realidad después de vivir una pandemia, crisis y dolor mundial ¿nos seguirá diciendo lo mismo que antes?

Son muy interesantes las ideas en torno al concepto por parte de su creador, el reconocido neuropsiquiatra francés Boris Cyrulnik.

La resiliencia se define como la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación. Es una capacidad humana y no animal por que las personas somos quienes contamos con la voluntad e inteligencia necesaria para desarrollarla y eso implica desearlo y buscar los medios para ejercerla.

Desde mi comprensión y experiencia, la Programación Neurolingüística es sin duda una herramienta ideal para desarrollarla porque no es una capacidad con la que se nazca, tampoco se ha determinado venga por genética, es un arte, es un aprendizaje sin duda y será una virtud si la practicamos habitualmente hasta convertirla en parte de nosotros.

Mi trabajo es coadyuvar en generar aprendizajes resignificando experiencias y vivencias propias de cada individuo para que construya nuevas herramientas siempre y cuando la persona esté dispuesta, que el cliente pueda otorgar un sentido al dolor, que pueda darle un significado, abre nuevas ventanas de oportunidades.

Los pensamientos creativos son unos de los más valiosos que el cerebro humano puede producir, aparecen cuando existe la necesidad de resolver un problema, mejorar o reformar algo, son los que retan a la inteligencia rompiendo los esquemas tradicionales de comportamiento y razonamiento.

La resiliencia tiene una cara artística en tanto que cada solución y forma de superar un dolor o problema involucra creatividad y refleja la personalidad con todas las características únicas e irrepetibles de cada individuo. Establece una relación con el arte cuando “usa su voz” permitiendo a los artistas canalizar y compartir a través de sus obras la forma en como han superado y salido fortalecidos de sus experiencias dolorosas de sus emociones manifestándose en creaciones únicas e irrepetibles como cada mundo interior, por eso fomentar el arte y la creatividad en la infancia establece un canal de comunicación, manifestación, empatía y creatividad en la que la resiliencia se puede expresar.

Se aprende y surge como flor exótica en una tierra abonada con seguridad y confianza, en PNL comprobamos que las mismas situaciones no son vividas ni representadas de la misma forma y que depende de cada individuo el significado que les otorgue, sin duda podemos afirmar que el haber tenido a una persona como referente en la infancia capaz de transmitir esos sentimientos de apego, seguridad y confianza marcarán en la personalidad una disposición diferente a la resiliencia de quienes no lo hayan tenido. También me encuentro con personas que creen que necesitan ser resilientes pero no han caído en la cuenta de que ya lo han sido muchas veces a lo largo de su vida sin identificarla como tal ni rescatar conscientemente todos los aprendizajes que obtuvieron.

La desconfianza y el miedo son los verdaderos enemigos de la resiliencia, si los padres, madres, tutores y responsables de los niños y niñas infundimos pensamientos llenos de creencias limitantes de temores y desapego en sus mentes destruiremos el abono para que la resiliencia aparezca. El evitar el contacto físico, la comunicación, la expresión y el infundir el sentimiento de alerta constante y peligro en todo lo que nos rodea y en las personas que son parte de nuestro entorno terminará por establecer al bienestar individual y la seguridad personal como valor primordial y único para las nuevas generaciones porque lo que está fuera de ellos será sinónimo de peligro o dañino incluso en su propia familia.

Vendrán nuevas pandemias, guerras y crisis, lo que nos hará salir de ello más capaces y fortalecidos será la cooperación, la unión, la seguridad en nuestra inteligencia creativa y en practicar el libre y justo ejercicio de la voluntad. El sentimiento de fraternidad, empatía, de pertenencia alimenta en todo momento la esperanza en que ésta vida merece ser vivida, y que el dolor es parte de ella.

Propongo a continuación algunos pensamientos y expresiones poderosas que creo pueden construir y alimentar esta capacidad:

  1. Hay cosas que no puedo cambiar en una situación pero debo distinguir lo que si puedo cambiar y sobre de eso CREO Y CONSTRUYO NUEVAS OPORTUNIDADES.
  2. Cada vez que intento solucionar algo OBTENGO RESULTADOS DIFERENTES O IGUALES a lo que espero pero evito calificar los resultados que no esperaba como errores sino como resultados diferentes de los que soy capaz de aprender.
  3. Identifico un MODELO O REFERENTE EN MI HISTORIA DE VIDA O DE LA HUMANIDAD real o imaginario que haya sido o sea resiliente, analizo y pienso en aquellas características que les distinguen como tal e identifico las posibilidades y seguridad de que alguien más ya estuvo en la misma situación y pudo salir adelante fortalecido.
  4. Comprendo que EXISTEN VARIOS CAMINOS PARA LLEGAR A UNA SOLUCIÓN Y QUE TODOS SON VALIOSOS porque en ellos se refleja mi personalidad, mis creencias, mis valores, por lo tanto rescato lo mejor de cada posibilidad y sigo construyendo sin juzgar, dejo que emerjan.
  5. CREO EN LA VIDA, EN LA HUMANIDAD Y RESPETO Y VIVO LOS MÁS ALTOS VALORES HUMANOS por que sólo es capaz de desarrollar la resiliencia quien considera que su vida merece ser vivida y la situación merece ser superada, la resiliencia se aferra a esto para superar el dolor dándole un sentido.

Como última reflexión y cierre recuerdo la frase que dice: NO ERES LO QUE LOGRAS, SINO LO QUE SUPERAS, y me resisto a aceptarla del todo porque aceptaría el tener que creer que sólo en la dificultad crecemos como una eterna penitencia así que ¿cómo podemos ser resilientes sin el dolor, la pena y el sufrimiento de por medio? ¿Se llamaría igual? ¿Generaríamos el mismo impacto en el arte (cinematográfico, pintura, literatura, etc.) sin transmitir dolor? ¿Tendremos generaciones resilientes y más individualistas buscando su exclusiva supervivencia y bienestar? ¿Seríamos capaces de generar y sentir la misma empatía en el dolor que en la felicidad? ¿Si observas tu vida has identificado los momentos y los aprendizajes en los que ya has sido resiliente?

Si desea más información puede contactarme en este enlace

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